Sí, estos retratos son los más especiales del mundo para mi, son mis hijas. Son las mellizas que más amo en el mundo. Son mellizas aunque no se parezcan en nada, pero son preciosas. En estas imágenes tenían apenas un un año y las diferencias entre ellas ya empezaban a ser demasiado evidentes, mientras una comenzaba a tener pelo, la otra seguía casi calva. En el carácter igualmente, son polos opuestos, pero se adoran. Se cuidan y miman, y no soportan estar lejos la una de la otra por mucho tiempo.
Me siento tan orgullosa, que no podía dejar de compartirlo.
Feliz fin de semana!
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